A muchos de nosotros nos da un cierto reparo hablar del testamento debido a que lo solemos asociar con nuestro fallecimiento. Para la mayoría, nos supone pensar en un momento que a ninguno gusta imaginar ¿qué pasará cuando faltemos?. Pero conviene tener en cuenta que enfrentarnos a ese primer rechazo puede suponernos serias ventajas en orden al reparto de nuestra herencia.
El testamento no es sólo la expresión de nuestras ideas o pensamientos acerca de nuestros bienes cuando ya no estemos para gobernarlos. Un testamento es mucho más que eso, es nuestra última oportunidad de organizar nuestro mundo cuando ya no podamos hacerlo personalmente. A través de él podemos expresar agradecimientos, cariño, decepciones, etc. Nuestro testamento, además de todo lo anterior, puede también ahorrar a nuestros herederos numerosos episodios desagradables.
La ayuda de un abogado
Como en tantas otras áreas de nuestra vida, el papel de los abogados es crucial. Su labor se encamina hacia el esclarecimiento y la resolución de situaciones, a veces complejas, en las que intervienen emociones que en numerosos casos dificultan una solución directa, práctica y pacífica del asunto.
Por todo lo anterior, el testamento además de la expresión de nuestra última voluntad. En cualquier sentido, si lo realizamos con cierta perspectiva puede permitirnos establecer con previsión una estrategia fiscal en aras a que nuestra herencia no sea, cuanto menos, una pesada carga y desagradable sorpresa para nuestros herederos.
En Carracedo y Bosch llevamos más de 15 años dedicando gran parte de nuestra actividad a la interpretación y resolución pacífica de los conflictos que pueden surgir en torno a una herencia.
De nuestra experiencia hemos deducido que la mejor manera de evitar conflictos, a veces innecesarios, es la de prever qué haremos con nuestro legado cuando ya no estemos. Por ello nuestro trabajo se encamina a ayudar al testador, facilitarle una idea global de cómo llevar a cabo la distribución que pretende, adaptar sus ideas a la normativa vigente y orientarle sobre cuál es la forma más práctica y menos gravosa de llevar a efecto su legado.
Todo lo anterior con la experiencia que nos avala, pues no sólo hemos dedicado nuestra actividad profesional al asesoramiento en materia testamentaria, sino también en materia tributaria, liquidando todos y cada uno de los tributos que pueden generarse en una herencia.